Cambios de humor: la discriminación ya no es graciosa

Por Emma Cadenas

Una popular serie de TV peruana fue acusada de promover transfobia. En uno de los capítulos de la teleserie se ve a Nicole, una mujer con voz gruesa que es ‘confundida’ con una persona transgénero. El actor Sebastián Rubio, uno de los pesonajes de la serie involucrado en las escenas, se disculpó vía Facebook tras las críticas. Pero el asunto es más grave porque representar a una persona trans estigmatizándola, como lo hizo la serie, implica el concurso de varias personas, entre guionistas, productores y actores. Y demuestra cómo esta forma de discriminación es aún ‘aceptada’ como algo ‘normal’ en la sociedad. Viene siendo tiempo de entender que la estigmatización a las personas trans no es más ‘solo una broma’.

**Esto no es chistoso**

Rubio hizo se disculpó públicamente por los episodios transfóbicos[1] de la popular teleserie local De vuelta al barrio (América TV) en los que aparece. Asegura en su post en Facebook que no se sintió cómodo pues el personaje que interpreta a una persona transgénero[2] en esas escenas replica todos los clichés atribuidos a las mujeres trans.

¿Existe de verdad un “exceso de susceptibilidad” por parte de las personas que conformamos la comunidad LGTBIQ+? ¿Hemos arruinado el humor peruano y mundial con una sobredosis quisquillosa que ve una ofensa en “cualquier cosa” y no se relaja para –como supuestamente el resto de todos los mortales– aceptar de buen grado la burla, el menosprecio, la ridiculización y otros “recursos humorísticos”?


[1] Transfobia: miedo, odio, falta de aceptación o incomodidad frente a las personas transgénero.

[2] Transgénero: Una persona transgénero es aquella que se identifica con el género opuesto al que se le atribuyó al nacer en función de su sexo biológico. Así, las mujeres transgénero o mujeres trans son aquellas nacidas biológicamente machos de la especie humana pero con una identidad de género femenina; mientras que los hombres trans son aquellos nacidos biológicamente hembras pero cuya identidad de género es masculina. Las personas trans pueden realizarse o no cambios para que la expresión de su género sea lo más acorde posible a su identidad. Esto cambios pueden ir desde su forma de vestir hasta incluso terapias hormonales e intervenciones quirúrgicas.

Una mirada al pasado: el humor de otros tiempos

Desde la Antigüedad, lo gracioso o cómico ha sido una herramienta de catarsis social, pero siempre urgida por las motivaciones humanas más nobles, para alcanzar mediante la risa lo que no puede conseguir todavía mediante la acción. El humor procesa el sufrimiento humano para hacer soportable la realidad y la existencia, y por eso su objeto es siempre aquello que le parece risible. Por ridículo, como en el caso del humor infantil; o por cuestionable y hasta indeseable, en el caso del humor adulto. Puede tener una mirada aparentemente compasiva como en el humor blanco o un ojo abiertamente despiadado como en el humor negro. Pero no se ríe el ser humano de aquello que aprecia, sino de todo lo contrario.

Un ejemplo de un tipo de humor en determinado tiempo es “La risa, remedio infalible”, la sección en la mundialmente famosa revista Selecciones del Reader’s Digest en la que el humorista peruano, Luis Felipe Angell de Lama, Sofocleto, dejaba testimonio de su genio para despertar una sonrisa en el prójimo a través de sus “sinlogismos”. Sin embargo, cuando se revisan hoy sus maravillosas humoradas que muchos seguimos admirando con devoción, podemos encontrar pasajes misóginos que ya no nos hacen ninguna gracia. ¿Es que el gran Don Sofo era un cavernícola consumado? Hoy, pecando de anacronismo, podríamos afirmar que sí, pero sabemos que si algo lo distinguió fue precisamente su rebeldía frente al entorno opresivo de las dictaduras y la hipocresía nacional. ¿Qué pasó, entonces? Nada muy fuera de lo común: él también era hijo de su tiempo.

Luis Felipe Angell “Sofocleto”, representó una forma de humor que en su momento se consideraba elegante e ingenioso. Hoy muchas de sus bromas serían rechazadas por discriminación o estereotipos. Aquí algunos de sus famosos “sinlogismos” (en alusión a los silogismos). Fuente: El Tiempo.

El humor no se ha dado nunca ni se da fuera de un contexto cultural determinado, y en su caso, las luchas que entabló a través de su sátira corrosiva apuntaban a otros objetivos que, en su momento, correspondieron a reivindicaciones humanas más urgentes, de acuerdo con la perspectiva que le tocó tener. Pero, sin duda, un humanista como él habría comprendido hoy por qué hacer mofa de las personas transgénero en particular, y de la diversidad en general, no es un recurso al que la comicidad deba apelar más.

El contexto en que funciona el humor no tiene que ver únicamente con el espacio, sino también con el tiempo. Por eso, el humor de Pataclaun puede resultar imcomprensible fuera del ámbito peruano igual que el de Poné a Franchela no ser tan eficaz con un europeo o un asiático como con el público argentino; mientras el humor de Risas y Salsa, el programa cómico insigne peruano de los años ochenta, o la comicidad de teleseries norteamericanas de esa misma década, como Matrimonio con hijos, ser bochornosa para los estándares actuales por aspectos como su tolerancia a la violencia, el acoso, el machismo, la homofobia, la transfobia y la mofa de las discapacidades, entre otros. Ayer, tales temáticas permanecían muy lejos de la agenda pública, y esas conductas estaban normalizadas. Hoy, los grupos afectados por estas formas de atropello a los derechos de las personas han conseguido visibilizar cada vez más claramente su situación y las injusticias que han padecido y padecen por parte de un gran sector de la sociedad.

Arriba a la izquierda: El comunicado en IG que la producción de la serie se vio oblagada a emitir. A la derecha, las disculpas del actor Sebastián Rubio. Y abajo, de izquierda a derecha: Gigio Aranda (productor) y los actores Sebastián Rubio y Fiorella Florez. (Foto: América TV/El Comercio)

Más allá de las disculpas del actor Rubio, el incidente del programa peruano De vuelta al barrio nos pone de cara a una realidad: la resistencia que aún existe a abandonar la normalización de la transfobia y otras formas de discriminación que han caracterizado al mundo del entretenimiento en los últimos cien años; así lo demuestra en detalle el documental de Netflix Disclosure, que muestra toda la distorsión que esa mirada estereotipante contra las personas trans introdujo en la cultura popular y las secuelas que trajo para las personas transgénero de todo el planeta.

Lo que comprobamos es que sigue habiendo una resistencia a abandonar los estereotipos y la discriminación que opera tanto activamente desde las producciones de la televisión y cine, así como también pasivamente desde esta receptividad de un público que reclama su “derecho” a seguir riendo a costa del honor y la dignidad del prójimo.

El gran humor perfila sus baterías hacia los objetivos que desea derribar; ayer lo hizo contra el autoritarismo y la autocracia, los atropellos a las libertad de prensa o al derecho a la autonomía de los pueblos, los abusos contra los derechos laborales, la hipocresía social; hoy le toca hacerlo contra la homofobia, la transfobia, el menosprecio a las personas con discapacidad, y otras situaciones como estas que, no por afectar a sectores minoritarios de ciudadanos, resultan menos importantes y urgentes. Todo lo contrario: representan la agenda pendiente en el desarrollo humano hacia sociedades más equitativas.

La actriz cisgénero[3] Fiorella Florez se disculpó tras las críticas por su caracterización estigmatizante de una mujer trans. Foto: El Trome.

¿Reflejando la realidad o deformándola?

Hay quienes han dicho que los episodios de la teleserie en cuestión buscaban “reflejar” una realidad. Sin embargo, esa es una excusa que no consigue ofrecer una coartada a la evidente transfobia. Mientras se les siga mostrando bajo ciertos estereotipos para apelar a la risa fácil, se seguirá reforzando la normalización de la violencia y exclusión contra las mujeres (u hombres) trans en nuestra sociedad. Y eso no tiene que ver ni siquiera con que el actor o actriz que encarne a una persona trans o gay deba ser, como algunos creen, de esa misma identidad de género u orientación; porque también hemos visto como una actriz trans, Dayanita, interpreta en el programa cómico JB un personaje que cae en la estereotipación cuando la mayor parte de los scketches que ella protagoniza incluyen burlas a las personas trans. Un buen ejemplo de una persona trans bien representada por un personaje es el papel que realiza el actor español Paco León en la serie mexicana de Netflix La casa de las flores, con el personaje de María José, una mujer trans profesional que enfrenta con mucha solvencia una sociedad discriminadora.

Entonces, volviendo a nuestra pregunta original de si demasiada “corrección política” hoy en día ha arruinado el sentido del humor de la gente. Nuestra respuesta es: que no es el humor el que ha cambiado, lo que ha cambiado es el objeto del humor. Ya no nos reímos de que una persona sea sorda, ciega, gorda, pobre, de rasgos andinos o afroperuanos, gay o trans. Las mujeres trans ya no somos los enanos del circo. Hoy entendemos que en cada una de estas diversidades hay ciudadanos con todos sus derechos y deberes. Hoy no hacemos escarnio de las situaciones de indefensión y vulnerabilidad, hoy nos sentimos sensibilizadas e identificadas con sus luchas, lamentamos las décadas y siglos en que debieron soportar la indolencia de la industria del entretenimiento y de la sociedad, y cómo eso normalizó el maltrato y la exclusión. Como humanidad vamos aprendiendo a querernos completos, sin temor a las diferencias y singularidades. Lo que ha cambiado es nuestra sensibilidad como sociedad a todas estas identidades antes motivos de mofa. Ese es un buen síntoma de nuestros tiempos.

Sepamos, pues, ser hijos e hijas de nuestro tiempo. Porque la discriminación ya no es graciosa.


[3] Cisgénero es la persona cuya identidad de género coincide con el género asignado al nacer en función de su sexo biológico. Una persona de sexo femenino que se identifica como mujer, es una mujer cisgénero.

Video: Via @periodistatrans en Twitter.

Emma Cadenas es poeta, escritora, periodista, cantautora, docente y teóloga trans con más de treinta años de trayectoria en diversos medios.

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Publicado por speakup3106

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