Nadie sabe dónde estás
Por Azul Ramos
pego en los postes tu rostro
en esa media carta
donde grabo tu nombre
cuánto mides cómo son tus ojos
el color y las cejas que los coronan
qué ropa llevas puesta
algunas marcas particulares en tus apenas un metro sesenta y cinco
a qué hora saliste de casa
y cuál fue tu último mensaje
hace días que nadie sabe
no saben
decirme
cuál fue la hora o el lugar donde desapareciste
en el reloj
la manecilla está parada a las tres de la tarde
la hora en que comemos
leo tu mensaje una y otra vez
tomé el bus llego en una hora
acomodo los platos por si entras corriendo
espero una hora dos
pero el reloj continúa detenido en su tic (tac)
los cubiertos
de ser inmovibles
han decidido esperarte
como el gorrión que un día vi caer en picada
del edificio
y al estrellarse
– por no saber volar –
se quedó pegado al asfalto
y yo esperé a que llegaras para explicarme
de qué manera
-que desconocía-
alguien con alas podía morir al volar
tomaste su cuerpecito
esas alas atravesadas por el viento
vueltas hacia atrás
y le devolviste su orientación
lo guardaste en una malla para enterrarlo luego en el jardín
la puerta a medio abrir sopló esta mañana
abría cerraba abría cerraba
y tu cuerpo jamás cortó el viento
tomé el teléfono
llamé
buzón de voz
buzón de voz
buzón de voz
nadie sabe dónde estás
pero sé que tienes hambre
que tu cuerpo flaco deambula en algún lado
que caminas encorvado
con tus pies rayando el piso
resoplando bramidos por el calor y el cansancio
te espero
en la silla de concha donde nos recostamos a pensar
en cómo se crea una canción de rap
o cuántos mangos comeríamos si escalamos el árbol aquél
en medio del patio
corto el recuerdo
llamo otra vez
silencio
madre me dice que busquemos en otro lado
en el semefo por ejemplo
para saber si aún queda algún rastro por seguir
o es momento de sobrevivir a tu ausencia
me da miedo decirlo
pero sé que te borraron
aunque la abuela esté diciendo en este momento
que te siente que estás lejos que este no eres tú
te miro
no sé diferenciar en tu rostro ennegrecido y deformado
esa nariz chata y tus ojos de sol eclipsado
las constelaciones marcadas en tu cuerpo
en esta mesa de metal
con la desnudez expuesta
sabía reconocer en ti el olor a talco que se guardaba en tu cuello
o el de tus calcetines húmedos
expuestos en la sala junto a tus tenis encharcados
sabía de tus manos y tus líneas
qué trazo llevaba a tu corazón palpitante
y no a una roca
hago este recuento
porque no sé cuándo dejaste de cumplir años
porque un día
no supe quién
te sacó del transporte y te llevó lejos
torció tus brazos hacia tu espalda
tapó tu boca y tus ojos
y te borró el nombre
para guardarte en dos costales de papas
solo

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Nadie sabe dónde estás ganó el VIII Premio Estatal de Poesía Joven 2019 (Guerrero).
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SOBRE LA AUTORA
Azul Ramos es poeta y fotógrafa. Acapulco, 1993.
Ha participado en diversos eventos y festivales literarios nacionales e internacionales.
Ha sido consejera municipal de Cultura de Acapulco, en el área de Literatura.
En 2018 obtuvo la beca Jóvenes Creadores por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en la disciplina de Letras (Poesía) en 2018, y en 2019 obtuvo el Premio Estatal de Poesía Joven en Guerrero.
Forma parte del dúo “Lancha con fondo de cristal”, proyecto en colaboración con Abraham Chavelas que gira entorno a la poesía con arte sonoro.
Obra suya ha sido publicada en el Periódico de Poesía de la UNAM, Revista Asalto, El Rizo Robado, Buenos Aires Poetry, entre otros.
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Twitter: @azulramoz